miércoles, 30 de marzo de 2011

Punto final - Nuevo Comienzo.


Hay muchos miedos. Es más soy una persona miedosa. Son muy pocas veces las que voy al frente y me arriesgo, puedo decir que son contadas con los dedos de la mano.
Y esto es un Gran obstáculo en mi vida.
Hace un poco más de dos años, cuando me olvidé de mí y empecé a darle todo a un alma, me dí cuenta que mi corazón se desvalorizó. Que ya no latía como siempre y que estaba gastado y mal acostumbrado a servir todo, sin recibir ningún tipo de remuneración a cambio. Claro, que eso recién lo supe ver hace a penas unos meses, cuando esa alma llena de mis propios sentimientos desapareció y se llevó con ella lo mejor de mí.
Eso fue un punto y aparte en mi vida y en esa historia.
Hoy mi corazón, (se puede decir), que late a mil, que sonríe y es felíz. Que pudo recuperar esos sentimientos perdidos en el vacío. Y muchas almas me supieron decir que el que no arriesga no gana, que este es uno de los principios de la vida, que los miedos siempre están, queda en una superarlos o no; y muuy de a poco los voy superando, ellos no son más que mi alma. Y de eso tengo que aprender cada día.
Es que de eso se trata la vida. Padecer y superar conflictos. Llorar y reír. Dar y recibir. Arriesgar todo hasta que sentir que vale la pena ganar o perder. Amar y ser felíz. Sentir el sentimiento de la plenitud en esa persona.
Al final de cuentas, somos nosotros los que decidimos nuestro destino y los que podemos torcerlo hacia donde queremos.

martes, 22 de marzo de 2011

Shine.

Son muchas luces las que brillan, algunas más que otras. Son orgullosas de sí mismas; felices por andar brillando en la sombra de cada persona que esté triste o perdida en su propio mundo; envidiosas del sol y amigas de la luna.
Invencibles, la propia oscuridad siente envidia de esa luz. Ciegan lo imposible y luchan por lo posible. Nadie pregunta el por qué de sus brillos. Nadie se atreve. Pueden girar, cambiar el rumbo de muchos destinos e iluminar muchos caminos.
No hay explicación. Son indispensables pero cuando quieres tocarlas se disuelven, se asustan y corren al vacío. No son dueñas de sus propias luces, las toman por prestado. Sólo hacen caso omiso a quién corresponde hacer brillar.
Muchas veces (y cada vez más) son envidia de aquellas personas tristes, grises y solitarias.
Dicen que su halo de luz es poderoso, mágico, y que obliga a sonreír y a sentir mariposas en la panza. Ellas acompañan cada paso que una dá en la vida.
Todas tienen nombre y apellido. Algunas son olvidadas, otras son adornadas con flores y otras con fotos. Las más valiosas son recordadas día a día con una flor, una foto y un sueño.
Siempre van a estar, hay que saber apreciar su luz
Su luz nunca se va acabar, si los que estamos acá dejamos de creer en ellas.
Por eso sigamos pensándolas, sintiéndolas y hablando con ellas.
Seamos orgullosos de nuestras luces. Ellas nos aman. Nunca nos dejan. Nos hacen brillar y crecer. ¿Qué más les podemos pedir?


Los amo, hoy y siempre.