sábado, 18 de diciembre de 2010

Fin de hoy.

Hay muchas cosas que no valen la pena arriesgar y otras por las que sí. Hay muchas cosas que te hacen sentir bien y otras no. Y se supone que esas cosas que hacen bien son las que quedan grabadas en el corazón y son las que de por vida nos van a mostrar que hay miles de razones por las que sonreír.

El problema pasa cuando se ve todo negro con matices grises y nada de luz. Es ahí cuando se bajan los brazos, cuando se deja de pelear por el objetivo propuesto hace mas de 3 años, cuando nada importa sólo la tristeza y pasar el momento, cuando las palabras que llegan entran por una oreja y salen por otra, cuando te cerras en una burbuja sin puerta de salida. Y sé que no está bien esto. Pero por más que lo sepa hay situaciones que superan mas allá de lo que pienso y siento. Y me niego. Me niego a ver la claridad, la esperanza y las fuerzas para seguir.

Porque ya nada vale la pena.

Porque no hay remedio para curar esta tristeza.

Porque ese fue mi último suspiro del año y no voy a dar más.

Porque me cansé.

Porque quiero navegar en un mar olvidando todo lo malo.

Porque prefiero escapar a un lugar sin fronteras y no volver a este mundo que me agobia.

Porque los otros son más fuertes que yo.

Porque yo, soy una pieza más de este rompecabezas que cuando se está por terminar siempre se pierden el resto de las piezas.

Porque por más que reme, la corriente siempre va en mi contra.

Porque por más que quiera pensar en positivo, olvidar lo malo y quedarme con lo bueno, Hoy en mi mundo predomina más la tristeza y sus grises, y no su sol y sus flores.