lunes, 21 de febrero de 2011

21

Siempre cuando era chica veía a mis primos, a chicos del colegio mucho más grandes que yo; los veía como gente gigante, muy alta, con muchos proyectos de vida, y llenos de alegría, desamores y sonrisas. Y ahora me toca a mí estar en su lugar, digamos que con varios desamores más. Son mis 21 risas, alegrías, luchas y tristezas que me tocan vivir hoy. Y no reniego. Lo vivo. Es lo que tengo y me hace felíz.
Claro, que nadie sabe el por qué de las cosas, y por qué hoy no tengo el corazón contento o totalmente felíz. Nadie sabe nada. Nada esta asegurado. Ok, me doy por vencida, esta vida tiene muchas vueltas como para buscarle explicación a todo. Y Laura tiene que entender que no todo es fácil, pero cuando llega es lo más lindo que la vida misma te puede dar.
Creo que todo tiene una explicación, pero hoy no la voy a buscar, porque sé que si la busco, se esconde y me cansé de buscar. Y creo también que muchas veces hay que ceder, pero manteniendo un límite. Y creo que días de mucha mala suerte un piano de cola te puede caer en la cabeza, así como también en un día de mucha suerte aparezca mi príncipe azul y me invite a tomar un helado o un té de frutos rojos, y que me explique por qué tardó tanto tiempo en aparecer. Sí lo sé, estoy divagando.
Pero esto es lo más loco y lindo. Me permito a mí misma liberarme, sacarme el traje de señora para entrar a un mundo sin explicación.
Les confieso que muchas veces me quedé mirando las nubes, pero Muchas veces. Les busco forma, y pienso que en cualqueir momento una nube aterriza al lado mío y me lleva a dibujar estrellas en el aire. Porque esos 21 no me van a impedir soñar.
Creo que una canción hace que todo sea lindo, hace que llorar no duela tanto, o que por lo menos, no me entristezca tanto. Las lágrimas limpian el alma, dicen. Y esos 21 me encuentran con muchas lágrimas acumuladas, pero quédense tranquilos que no me voy a inundar por dentro. Ah! Y por eso me pronpongo a mi misma desterrar esas alegrías que había olvidado para volver a sonreír y ver que aunque no se pueda vivir en (y del) el pasado, el pasado soy yo hoy. Y que todavía me queda mucho por ver, sentir y soñar.
No pienso que los años traen vejentud, somos nosotros mismos los que envejecemos si pensamos que no podemos cambiar o que ya está todo jugado.
Pienso que tengo más de una una buena razón para sonreír hoy. Razones pequeñas, razones grandes y razones que llenan el alma. Felíz por tenerlas.
21 no se cumplen todos los días.
21 razones para sonreír, pero no para llorar.
21 pasos para seguir dando en este camino largo.
21 miradas, sueños y fantasías.
21.